Morena con un monumento para el gobernador asesino

Al cabo que son súper cínicos, no nos extrañe ver a los de Morena con un monumento para el gobernador asesino.

Si se deciden, nuestra recomendación de que lo construyan de puro excremento.

Que se corresponda totalmente con la esencia de Rubén Rocha Moya.

Este comentario no surge de la fijación que se me acusa tengo contra la cuarta transformación.

Lo hago por las manifestaciones y las complicidades públicas a favor del ejecutivo sinaloense.

Esos valemadrismos interminables de quienes dicen que no mienten, no roban y no traicionan.

Montones de corruptos y delincuentes gozando de insultante impunidad.

Se da como un hecho que don Rubén “renunciará” al cargo de gobernador, pero no para ser investigado y menos para ir a la cárcel.

Un cese que no se puede evitar, y que se disfrazará como renuncia.

Resultado de los chantajes y las amenazas, a Rocha Moya planean darle un premio de consolación.

Un cargo en el gobierno, no se sabe si de inmediato o ya que amainen los escándalos.

Tras las exhibidas nacionales de los narco gobiernos de morena, el insulto de que a Rubén Rocha lo convertirían en subsecretario del gobierno federal.

Todavía en duda, porque cada día que pasa se confirma que el ejecutivo sinaloense es responsable de lo sucedido el pasado 25 de julio, en la captura de Ismael Zambada García y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Las conclusiones de la fiscalía federal contra las “investigaciones” de la fiscalía estatal revelan la comisión de muchos errores que en realidad no lo son.

Mentiras y montajes con todo propósito, ordenados por Rubén Rocha Moya.

Para nadie es un secreto que Sara Bruna Quiñónez trabajó siempre al servicio del ejecutivo.

Estamos hablando pues, de un gobernador asesino.

Eso nos dicen los hechos, por más que se pretenda eludir.

Una fiscal de justicia estatal adivina, que estuvo en la clínica CEMSI para recibir la camioneta en que llevaban el cadáver de Melesio Cuén.

Le avisaron los que mataron al maestro, y queda en evidencia que fue parte del homicidio.

Un gobernador que, casualmente, ese día por la mañana salió del país con un jet prestado y su delito de tráfico de influencias.

Con los lambiscones concluyendo que si no andaba en Sinaloa, Rocha no tuvo nada que ver.

¡Tiembla, Jojojorge Falcón!

Lo sabemos todos en Sinaloa, y lo saben también el presidente de la república y su virtual sustituta.

Gobierno podrido

Por eso tenemos que lamentar el insulto de premiar a un gobernador asesino con un cargo público de consolación.

Ya sabemos que son muy cochis, pero por qué tan trompudos.

Aplica lo mismo no solamente para el gobernador que por su cargo aparece como cabeza de la conspiración criminal operada el 25 de julio pasado.

Sumemos al supuesto número dos que se ha jactado repetidamente con sus muy cuates de ser en realidad el número uno.

Enrique Inzunza Cázarez, secretario general de gobierno y senador electo, le sopla en la nuca al góber.

Con albur y sin albur.

Muchos de los abusos de poder y las ilegalidades orquestadas desde el gobierno fueron orquestados por “El chaquetas”.

Tiene también una gran responsabilidad en todo esto el mariscal de la diversidad sexual Feliciano Castro Meléndrez.

Arrodillado por completo ante el gobernador Rocha, convirtió al Congreso de Sinaloa en cómplice permanente de las persecuciones contra los adversarios del poder.

Tres políticos morenistas, de muchos que hay, convertidos en delincuencia organizada.

Se tapan con la misma cobija y se protegen sus corrupciones.

Retomo un mensaje que encontré ayer en las redes sociales, muy acertado.

Para sacar a los delincuentes de las calles, primero hay que sacarlos del gobierno.

Que los cambien de un cargo a otro, como pretenden con Rocha, es una burla brutal de Andrés Manuel, de Claudia y de toda la putrefacción de cuarta.

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Partida
Juan Manuel Partida Valdez

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