Aquí les revelamos la verdad de cómo fue que el gobierno mató a Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Fue temprano, en el lugar donde fue privado de su libertad Ismael “El mayo” Zambada.
Como ya informé en un Altoparlante anterior, fue torturado intensamente, le pegaron cuatro balazos y murió desangrado.
A su acompañante, Fausto Ernesto Corrales Rodríguez, le permitieron recoger el cadáver ya por la noche.
Un encapuchado le dijo que debía irse de inmediato a la Clínica CEMSI.
Que advirtiera a la familia y que nadie hiciera mitotes ni ruido por el crimen.
La orden de que incineraran el cadáver surgió de los asesinos, no por acuerdo familiar.
Fausto recogió el cadáver del maestro.
Semidesnudo, con un golpe en la cabeza, las rodillas muy raspadas y varias heridas de bala.
Subió el cuerpo a la caja de la camioneta, y por eso la sangre en esa parte de la unidad.
Se fue directo a la clínica, sin pararse a echar gasolina como se aseguró falsamente desde el inicio y en el video que todos sabemos fue un burdo montaje hecho por el gobierno.
Al llegar a la clínica CEMSI, la enorme sorpresa de que ya estaban ahí la fiscal de justicia Sara Bruna Quiñónez y varias patrullas policíacas.
Le quitaron las llaves de la camioneta sin dejarlo entrar, y bajaron el cadáver de Héctor Melesio para meterlo al hospital.
¿Cómo fue que la fiscal se enteró de que Fausto Ernesto iba a la clínica?
Sólo hay una explicación: se lo informaron los asesinos materiales.
Un crimen cometido por el gobierno, para explicarnos mejor.
El gobernador Rubén Rocha Moya es, obvio, el asesino intelectual.
Una conclusión de sentido común, por el armado de la trama que terminó con el cadáver en la CEMSI.
Sara Bruna estuvo ahí, porque fue parte del crimen orquestado por su patrón Rocha.
El testigo Corrales Rodríguez debió informar de todo esto ante la fiscalía federal.
Decir la verdad, fue la recomendación de sus familiares más cercanos.
Por la memoria de Héctor Melesio y en exigencia de justicia.
A propósito del gobernador, se nos informa que su renuncia está decidida.
Quizá lo anuncie el día del “grito”, noche del 15 de septiembre, o al día siguiente.
Tiene que ser antes de que Claudia Sheinbaum asuma como presidenta de la república, fue la precisión.
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