Los gastos que nunca se acaban

Hablo de los caseros.

En tiempos de secas se aprovecha para pintar la vivienda, darle mantenimiento a la lavadora, al calentón, arreglar el comedor y las sillas, darle una chaineada a los muebles de la sala, etc,etc,etc.

Vienen las lluvias y en forma apresurada detener alguna filtración en los techos, muy pendientes de los desagües, llamar a los gaseros para que surtan el tanque estacionario, etc,etc,etc.

Y saben qué:

La pensión que obtuvimos por el tiempo trabajado se nos esfuma y eso no tiene ningún arreglo.

Me dirán que fui muy pendejo por no haber robado al gobierno donde serví mis mejores años.

Estoy satisfecho con mi conciencia.

Mi familia no puede reprocharme malas costumbres.

Me doy pequeños gustos como viajar unos días por tierras lejanas a mi querido Sinaloa y luego regresar a seguir cuidando lo más que se pueda para el siguiente año.

Es el cuento de nunca acabar y los años pasan volando.

Veo mis canas y observo las que van saliendo a mis compañeros de café con menos años que los míos.

Es la ley de la vida.

Naces, creces y gozas.

Quién puede pensar en la muerte cuando hay tanto de que disfrutar.

Gastos, gastos y gastos.

Sin piedad nos llegan y pobre el que descuide el hogar.

Un bolsillo roto es cosa mortal en los viejos.

Las sumas y restas deben manejarse con extremoso cuidado.

Los millonarios cuidan sus millones, los pobretones los pesos y los miserables los centavos.

El gobierno de López Obrador regaló dinero, ojo, no enseñó a trabajar a nadie, los hizo dependientes de sus envíos y desfalcó a los fondos nacionales.

Hay quienes piensan en la bondad de Andrés Manuel.

Jamás aceptarán que somos los que trabajamos los que ahora mantenemos a los guevones.

Así le conviene electoralmente a los gobiernos populistas.

Cuando truena la bomba le echan la culpa a los conservadores que actúan en contra de los beneficios al pueblo.

Es la manera de quitarse la barra.

Cosa que sucederá si Claudia Sheinbaum no se maneja juiciosamente en todos los órdenes de su administración.

Una despistada pregunta:

¿Qué les conviene más a los que ahora son las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quedarse callados y olvidarse de Melesio Cuén, o salir a la calle a proclamar consignas en contra del Gobernador?

Cosas sueltas que me vienen a la mente.

Los gastos siguen matando mi bolsillo.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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