= Son quienes carecen de la seguridad social
= Adelante la entrega de tarjetas IMSS-Bienestar
= Ya en operaciones el nuevo Hospital General
= Las iniciativas de reformas a la ley UAS
Con el presidente Andrés Manuel López Obrador de testigo, el gobernador Rubén Rocha Moya entregó un nuevo paquete de tarjetas del programa IMMS-Bienestar, en favor de personas que carecen de la protección de la seguridad social -IMSS o ISSSTE, por ejemplo – y que, en lo sucesivo, podrán ser atendidas en el hospital general, los nosocomios regionales y los más de 200 centros de salud, diseminados a lo largo y ancho de la geografía sinaloense.
El acto correspondiente se llevó a cabo a primera hora de la mañana, en el auditorio del Palacio de Gobierno, con enlace directo hasta el salón de tesorería, en Palacio Nacional, frente al titular del Poder Ejecutivo Federal, el principal interesado en la culminación de este programa, antes del 30 de septiembre del presente año, ya el último de su mandato constitucional.
Por lo que a Sinaloa atañe, se estima que IMSS-Bienestar favorecerá a no menos de 800 mil personas que no gozan de ningún servicio de salud y que ahora disfrutarán del beneficio de manera gratuita. Y no solo de enfermedades menores, sino hasta con problemas como diabetes, insuficiencia renal y cáncer, inclusive.
Para ello, detalló el gobernador Rocha, el nuevo sistema cuenta ya con equipos de hemodiálisis en las principales ciudades del Estado, además de que se adquirirán cuando menos un par de aceleradores lineales, en lo que representará un enorme esfuerzo presupuestal; pero estrictamente necesario si de lo que se trata, precisamente, es velar por la salud de los sinaloenses en general.
La potencial atención de 800 mil personas no será una tarea fácil, ni para el gobierno federal, ni mucho menos para el estatal.
Por el contrario, se trata de un reto harto problemático, que implicará, de entrada, inversiones cuantiosas en todas las aristas: mayor número de médicos, mejor infraestructura y un amplio abanico de medicamentos.
El reto, sin embargo, está aceptado y hay que apostar por una buena perspectiva. Desde luego, no al corto plazo; pero si a un periodo razonable.
Ya veremos.
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A propósito.
El nuevo hospital general, llamado “Doctor Bernardo J. Gastelum” está en operación, desde semanas atrás, aunque exclusivamente en el servicio denominado consulta externa.
A la fecha, ya se atiende a un promedio de 2 mil pacientes por semana, en 20 especialidades médicas y 5 subespecialidades.
Se trata del hospital ubicado en el sector Poniente de la ciudad, a la vera de la carretera a Imala y si la demanda ya es importante, más lo será en la medida que incremente el número de personas, en el padrón de IMSS-Bienestar.
Un hospital que duró años en entrar en servicio. Se construyo casi a mediados de la administración gubernamental de Quirino Ordaz Coppel y es hasta ahora cuando inicia funciones, gracias a una cuantiosa inversión de recursos de la federación, a la que se sumó la cuota correspondiente al gobierno estatal.
Lo importante de todo es que ya está ahí, como una buena alternativa para el cuidado de la salud de los y las sinaloenses.
Enhorabuena.
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Mientras.
Cierto, Sinaloa padeció un violento fin de mes, en cuanto a homicidios corresponde y la estadística se incluyó en el número de asesinatos correspondientes al primer semestre de 2024, que sumó 243 en total.
Lo curioso del caso es que este primer semestre del año en curso, es el periodo con menos crímenes en nuestro estado, contados a partir de 2010, último año, por cierto, del gobernador Jesús Aguilar Padilla.
A partir de ahí, la incidencia ha experimentado una baja notable, acentuada claramente durante el mandato de Rocha.
Aclaremos: primer semestre de cada año, para no entrar en confusiones:
2010, mil 203; 2011, mil 099; 2012, 791; 2013: 650; 2014, 550; 2015, 484; 2016, 513; 2017; 839; 2018: 572; 2019, 420; 2020, 412; 2021, 307; 2022, 247; 2023, 273 y 2024, 243.
El descenso es evidente, especialmente en lo que va del sexenio de Rubén Rocha, factor que ha permitido, en consecuencia, una mejoría de nuestro Estado a nivel nacional, en lo que concierne a todos los renglones de seguridad, analizados por las instancias responsables.
Situaciones como las registradas el pasado fin de semana las habrá, de nuevo, sin duda alguna; pero la estadística no deja lugar a dudas al ubicar a Sinaloa dentro del rango de los estados más seguros de nuestro país, con todo ya la sistemática crítica en tal dirección.
Bueno.
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En tanto.
El Congreso del Estado comenzó el proceso que llevará a dictamen y votación, por lo consiguiente, de 18 de 36 iniciativas de reformas a la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en manos del Legislativo. Se trata de iniciativas remitidas por profesionistas, particulares, colegiados y hasta grupos del interior de la misma universidad.
Hay que agradecerle a la cámara de diputados su cortesía para quienes se tomaron la molestia de trabajar concienzudamente en dichas iniciativas y desahogarlas antes de que concluyan las labores de la legislatura actual; pero hay una mala noticia: ninguna pasará.
Y es que para reformar la ley orgánica de la UAS o crear una nueva, incluso, se requiere del resultado de la consulta interna a la comunidad universitaria, lo que no ha sucedido, ni acontecerá, por lo que se ve, al corto plazo.
Y bueno, es posible la existencia de algunas buenas iniciativas dentro de esas 36; pero carecen, lamentablemente, de la condición fundamental.
Pendientes.
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Y hasta aquí por hoy. Nos vamos ya. Dios los bendiga. Ahora y siempre.
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