Hablemos de nuestras preferencias

Todos las tenemos.

Algunos en el fondo del alma y otros en el bolsillo.

En el argot de las preferencias políticas, se dice con frecuencia que papelitos hablan en clara referencia a los billetes de banco.

Las empresas de los medios de comunicación pagan renta, empleados, luz, agua y los consabidos impuestos.

La panza propia y de la familia no se conecta a las mangueras del aire de las gasolineras para llenarlas.

Las plebes quieren comer y nosotros también.

Los columnistas y los conductores de radio y televisión tenemos nuestro corazoncito, y de cuando en cuando, y de vez en vez, expresamos lo que traemos por dentro.

Leo, veo y escucho las diversas opiniones sobre las marchas y debates presidenciales y me resulta muy sencillo detectar los motivos del lobo y la caperucita roja.

Nuestro presidente es uno más de los comunicadores que tenemos los mexicanos y creo su propio espacio sin costo personal.

Es bravo en sus habladas y fundillón en las sostenidas.

Basta con que le toquen las puertas de Palacio Nacional para replicarle su salivero y se le aflojan las corvas y se encierra a piedra y lodo.

Es la ventaja de ser presidente de México.

Pega para noquear y corre para no que no lo acuesten.

Es más hábil que Mayweather y el canelo para esquivar los cabronazos.

Vuelvo con las preferencias:

Algunos idolatran a Andrés Manuel, otros no tanto y millones nada.

Es la ecuación que se presenta el 2 de junio y a nosotros nos toca resolverla.

Por amor, o por dinero, pero que se llenen las casillas.

La indiferencia es la madre de los no me importa y bisabuela de los que chinga nos están parando.

Les sobran guevos para quedarse dormidos y se les arrugan para cruzar las boletas.

Ciudadanos del mundo, los convoco a votar.

Háganlo por el bien de nuestro País.

No toleren gobiernos autoritarios.

La libertad es un valor invaluable y no podemos permitir que nos encadenen a un proyecto de perversidad.

Entendamos que Andrés Manuel se quiera constituir en el nuevo Moisés, con la salvedad que su proclama es que lo sigan y arrojarnos al precipicio de la esclavitud.

No quiere salvar a su pueblo.

Su propósito es sumirlo en la ignorancia y que coman de las limosnas que quiera arrojarnos.

Es nuestra oportunidad.

Fuera Andrés Manuel.

Se los dije:

Todos tenemos preferencias.

Mi voto es de Xóchitl.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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