La santa muerte de Andrés Manuel López Obrador

Casi destruye por completo el recinto sagrado de la iglesia del muy conocido y querido padre Cuco.

Un loco inducido puede hacer eso y más.

Cuando lo detuvieron dijo pertenecer al culto satánico de la santa muerte.

Igual que algunos funcionarios del gobierno federal.

Es evidente que la Iglesia Católica, Apostólica y Romana no forma parte del proyecto de gobierno de Andrés Manuel y de Claudia Sheinbaum.

Si pudieran desaparecerla, de inmediato lo harían, pero todavía no llega a tanto su arrojo y desprecio a las creencias del pueblo de México.

En el 2005 se canceló por las autoridades que regulan las iglesias esta agrupación del culto a la Santa Muerte.

Hay quienes afirman que es un culto diabólico.

Se calcula en la última estimación que hay alrededor de 12 o 14 millones de creyentes de la Santa Muerte en México y otros países de latino América.

Las imágenes de la Santa Muerte son consideradas por sus creyentes iguales a las de Cristo y un poco menos a Dios Padre.

Los fanáticos interpretan a su manera la forma en que pueden honrarla y los favores que esperan les otorgue.

A cambio pueden hacer muchas cosas y ahí tenemos al que destruyó las imágenes de santos en la Iglesia del padre Cuco.

Estando metido en el tema de las suposiciones también se puede asesinar en nombre de esa Santa Muerte.

Una lavada de coco a ciertos individuos con debilidad mental y con su debido armamento se les puede ordenar que maten.

Andrés Manuel en sus mañaneras expresó su respeto a la libertad de cultos y nadie le informó que hay la prohibición legal de la veneración pública a la Santa Muerte desde hace 19 años.

Es el presidente de México y debería tener ese conocimiento.

El padre Cuco desolado, pero jamás se rinde.

Ya debe tener otras imágenes para que las veneren los fieles asistentes de la colonia Las Quintas y otros lugares de Culiacán, que asisten con mucha frecuencia en las horas de misa.

La Santa muerte contra la Virgen María.

Sin pensarlo una sola fracción de segundo sigo a la madre de Jesús Cristo.

Es mi religión y no la dejo por cultos de la cuarta transformación.

Así me siento en sana paz.

Si otros gustan de sentirse satánicos, allá ellos y que se coman sus cascaras.

No matarás es mi credo.

Amarás a Dios sobre todas las cosas es mi devoción.

Honrar a mis padres mi evangelio.

Sabemos de la muerte.

Pero no la considero santa.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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