Mi querida y ansiada urna electoral

A mis setenta y ocho años, me encuentro aferrado a la vida para poder acudir a la cita del domingo 2 de junio y cumplir con mi propósito ciudadano.

Para nadie es un secreto que mis preferencias son para la alianza que encabeza Xóchitl Gálvez.

No hay seguridad de llegar a la fecha.

Muchos de mis amigos y compañeros de parranda se han ido sin decir adiós.

Simplemente se marcharon y ahora son lejanos recuerdos de tantas noches de bohemia.

Algunos fueron testigos de la llegada de Andrés Manuel a la presidencia y otros fueron víctimas del Dr. Muerte, que supuestamente se encargó de la atención de la pandemia del Covid 19.

López Gatell tiene un lugar en la historia de los panteones mexicanos y puede que un día tendrá que responder ante la justicia por su negligencia.

Por lo pronto, quiero ser parte de la elección que se avecina y por todos los medios habidos y por haber trataré de estar presente para depositar mi voto.

Algo se quiere cocinar en las altas esferas del poder y la verdad que me vuelve a inquietar sobre el futuro de México.

Pretenden que en los lugares donde hay violencia de la delincuencia organizada no se instalen urnas.

Los mexicanos somos testigos que en todo el País existe la presencia de los que portan el mejor armamento y elaboran sus propias credenciales y tendrían que suspender la elección del 2024.

Machaco una y otra vez, que hay un propósito del Presidente de México de seguir de frente en el mando y busca la manera de lograrlo sin que parezca un golpe de Estado que pudiera molestar a nuestros vecinos del norte.

Quitar a Claudia no sería problema y el verdadero combate lo presentarían los otros candidatos opositores.

No es fácil intentarlo y quizá más difícil lograrlo, sin embargo, conocemos como se las gasta el tabasqueño y de ahí que siguen mis temores de si habrá o no elecciones en junio.

Esperemos que no se atreva Andrés Manuel.

Pero sigo sin bajar la guardia.

Mis temores pueden ser infundados y que al final pudiéramos tener un final feliz con poderes equilibrados que marca nuestra Constitución.

Mi preferencia es Xóchitl y espero que se imponga a la elección de Estado que se pretende.

Pero sigo con los miedos que Andrés Manuel quiera convertirse en el Maduro mexicano.

Conoce los caminos de la autocracia y es solo un paso antes de llegar a la dictadura.

Quiero expresar mi voluntad en urnas.

Me aferro a la vida para sufragar por Xóchitl y sus aliados.

Cuba, Nicaragua y Venezuela no son ejemplos de gobierno que tenga que soportar.

Me siento a gusto con alternancias en el poder.

Hasta mañana.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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