Que nadie del bando contrario pueda pisar la primera base es una hazaña que muy pocos pueden lograr.
Se combinan maravillosos lanzamientos del pitcher en las nueve entradas y jugadas a veces asombrosas de sus compañeros para preservar la hazaña.
El beisbol es mi deporte favorito.
Nuestra vida es imperfecta.
Cometemos muchísimos errores y tropezamos a cada rato con la misma piedra o con otra que se le parece mucho.
Error y acierto, una y otra vez.
Aburridísima nuestra existencia si fuera de manera distinta.
No me puedo imaginar con alitas de angelito las 24 horas del día.
A veces Dios nos concede la base por bolas y luego nos poncha para recordarnos quién es quién.
Conectamos batazos de cuatro esquinas y nos sentimos felices de recorrer las cuatro almohadillas y aplausos esperándonos.
Nos tapamos los oídos para no escuchar rechiflas cuando la bola pasa entre las piernas y nos hacemos guajes.
Nos hinchamos como pavos reales cuando las cosas nos dan los brillos que requiere nuestro ego.
Errores y aciertos.
En el beisbol hay juego perfecto cuando nadie pisa la primera base.
27 bateadores retirados en fila.
Que sería de una vida perfecta y quién llevaría el score para salir al ruedo y dar la vuelta entre ovaciones.
Ecuador contra México.
Un presidente decrepito y el otro imberbe.
Chango viejo no hace maroma.
Andrés Manuel es beisbolista y no ha podido tener su juego perfecto.
No sabemos que deporte practica el chamaco que gobierna Ecuador.
Pero garrotea muy feo cuando ataca.
La ley es la ley cuando a nuestro presidente le conviene y le tortean el soplador de atole.
Espero que pierda Trump las elecciones.
Nos haría la vida de cuadritos.
Sus amenazas son muy claras en contra de México.
Se burla del gobierno de la cuarta transformación.
Ese individuo golpea donde más duele.
Para bien de nuestro País, espero que no regrese al poder ese desquiciado.
Nada es perfecto.
Solo es perfectible nuestra existencia.
Hasta mañana.
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