La sarna política

Hasta el General Álvaro Obregón, los mexicanos la combatieron a punta de balazos y ahora, nuestro presidente sarno, nos tiene atados con abrazos y no balazos.

Los ciudadanos comunes y corrientes, nos espantamos con el olor de la pólvora y son los del poder factico, los que se regocijan echando bala por donde transitan de manera libre y con toda impunidad.

Faltan menos de cuatro meses para la elección presidencial, Senado de la República, Diputados federales, algunas gubernaturas, un cabronal de presidencias municipales y diputaciones locales y miles de regidurías en toda la nación.

El temor fundado es que los dueños de los rifles AK-47, R-15 y Barret calibre 50 decidan a quién apoyar y se metan de lleno a la elección.

Andrés Manuel y su gobierno, bajo la lupa de los que gobierna Biden por los asuntos de protección a narco traficantes y recibir dinero de ellos para la elección del 2006.

Andrés Manuel dejó muchos años de trabajar y no pedía limosna por las calles de nuestro País.

¿De que vivió?

Es la pregunta que le hacen y se niega a responder.

La lumbre le llega a los aparejos y en apariencia no le preocupan las lesiones que traen consigo las quemaduras.

El sigue con el cuento de que los adversarios y conservadores son los que inventan las patrañas y nadie lo saca de esa trinchera.

Su yegua Claudia sigue el mismo camino y nadie la sacará de la coraza que abriga la piel electoral.

En los debates presidenciales aventará su discurso y no contestará los cuestionamientos que le hagan sus adversarios.

Así lo hizo Andrés Manuel y le funcionó.

El bronco Rodríguez le mandó golpazos en los debates al peje y su rostro permaneció impávido.

Hacerse pendejo ante los cuestionamientos es cosa que de nuevo veremos a nivel nacional en las televisoras.

“Mándalos a la jodida le dirá Andrés Manuel a Claudia”.

“No te prestes a que ganen puntos con las discusiones”.

“Que sus voces se pierdan en el viento”

Estoy seguro que eso veremos y que nada cambiará el script de la abanderada de MORENA.

Por eso digo, que la sarna política en nuestros tiempos es trabajosa de erradicar, pero no imposible.

En México, el último sarnoso fue el General Obregón y a ese si lo cosieron a balazos los mismos que disfrutaban el banquete.

La pregunta era en esos tiempos:

¿Quién mató a Obregón? y la gente decía “calle.. se” la boca, en alusión al hombre que no quería que Obregón tomara de nuevo el poder.

Los pacíficos mexicanos no sabemos usar las armas y menos accionarlas para causar daño.

Los del poder fáctico sí las truenan y se truenan al que se atraviese.

Nuestro recurso es el voto y esperemos que no se lo roben en la elección de junio.

Hasta mañana y no se rasque que se le cae la costra.

Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/fax-del-fax/.

 

J. Humberto Cossío R.

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