Diciembre tiene mejores alas que las águilas reales y su vuelo es vertiginoso e imparable.
Cuánto de bueno y malo nos tocó vivir, serán nuestros volátiles recuerdos, y cuánto es lo que esperamos que suceda en el 2024 para que nos alegre la existencia.
Mi pensamiento aterriza en el mes de junio.
Será el de la elección de la nueva presidenta de México.
Dos mujeres aparecerán en las boletas y una de ellas protestará el cargo de primera autoridad de nuestro País.
No quiero que siga mandando la cuarta transformación.
En punto de las doce y segundos del año nuevo, levantaré mi copa de Champaña para brindar por la felicidad de la familia.
Pediré a Dios para que Xóchitl Gálvez se imponga a Claudia.
Nada personal en contra de esta mujer.
Pero representa al más perverso presidente que hayamos tenido los mexicanos y se me hacen nudo las tripas, de pensar que seguirá mandando desde el rancho “La Chingada”.
No quiero tener amargos pensamientos navideños.
El pavo se encuentra en el congelador y será en la tarde noche del día 23 cuando lo saque para que derrita el hielo.
Muy temprano me levanto para para preparar lo que en noche buena consumiremos los que llegan a nuestra mesa.
Acompañando al horneado pavo se prepara un puré de papa hecho totalmente en casa y la sabrosa sopa fría.
Consumido el platillo y sus repeticiones, llega el momento del postre a base de mitades de duraznos y luego a la sala para la charla en espera de la navidad.
Soy el encargado de hornear el ave, preparar el pure y confeccionar mi postre que me queda para chuparse los dedos.
Termino fatigado, pero muy satisfecho.
Nada como ese exquisito cansancio que sirve para el deleite de los que consumimos el bendito pavo.
No me siento egoísta, a pesar de saber de las carencias en otros hogares.
En mi casa paterna conocí la tristeza de que no hubiera una noche como la de mis vecinos pudientes.
Pero los buñuelos de mi madre suplían las carencias y su amor invadía todos los rincones del hogar.
No quiero que se repita la historia.
Hasta el último aliento daré para impedirlo.
Noche de paz a la vista.
Ya se siente el aire navideño.
Mi brindis de champaña del día primero será para mi familia y mi adorada Xóchitl Gálvez.
Hasta mañana.
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