Marcelo Ebrard, más tronado que Acapulco

Patético en la entrevista con López Dóriga.

Me dio pena ajena escuchar sus declaraciones y desde este momento lo señalo como siniestrado por los siglos de los siglos.

Dejó a cientos de miles de seguidores colgados de la brocha en lo que se considera el peor

desastre político dentro de MORENA.

Y tuvo el descaro de afirmar, que desde este momento es un aspirante a la presidencia para la que viene después del 2024.

Que asco de político.

Tengo que confesarles que antes de que surgiera Xóchitl Gálvez tenía la intención de seguir a Marcelo Ebrard por considerarlo muy valioso y distinto a las estridencias de Andrés Manuel López Obrador.

Analicé su personalidad y trayectoria y sacaba conclusiones sumamente favorables para el Secretario de Relaciones Exteriores.

Muchos de mis amigos corrían por el mismo carril.

“Como dice el refrán, dar tiempo al tiempo”.

Decepción, coraje y quebranto.

“Sabia virtud de conocer el tiempo”

De golpe y sin retorno cayó en el abismo profundo y negro este remedo de varón que logró engañarme y lo reconozco.

Se quedó en MORENA con la loza en sus espaldas, lo que significa que jamás se levantará de la tumba que el presidente de México mandó cavar para su carnal Marcelo.

Mostró su fragilidad y falta de gallardía ante los ojos de los mexicanos que seguimos el noticiero de Joaquín López Dóriga.

Su entrevista no es un suicidio, más bien debe calificarse como estupicidio y agregarlo en nuestro vocabulario como la forma absurda de quitarse la vida sin disparar un tiro, usar una soga o ingerir venenos.

“No me dirán que enseñó el cobre”.

El cobre es un metal valioso y Marcelo le queda deber al lodo.

Y no digo a la mierda, porque no soy grosero.

La cabra tiró pal monte dirían los del rancho.

Yo afirmo: “se tiró un clavado en fosa séptica y así se presentó con Joaquín”.

Lo nauseabundo salía de las pantallas.

Nos mató la ilusión a los que pensamos que hacía la diferencia en MORENA.

“Ya pasado el día de muertos, reaparece en forma extraña, la que llamamos calaca y que esgrime la guadaña.

“Le preguntaron perplejos, los que nunca le han temido, a que se debe el regreso, antes no había sucedido.

“Su respuesta fue muy clara, desde la región celeste, me mandan por el Marcelo, cuéstenos lo que nos cueste”.

HASTA MAÑANA.

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J. Humberto Cossío R.

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