Terminó el beisbol de grandes ligas.
Hace bastantes años que no asisto a los juegos de la Liga Mexicana del Pacifico.
Creo que compraré un balero.
Mis piernas no dan para jugar futbol.
La edad nos pone en el lugar exacto.
No estoy para jugar vencidas.
Mi gimnasio es mental y termino fatigado.
Capiruchos de a millón con el balero, serán mi mejor esfuerzo.
Me encantan los postres y sueño con el flan que sirven en el Mar&Sea de Don Juan S. Millán.
Por mis venas corre más azúcar que sangre.
El balero me devolverá el vigor que requiere mi organismo.
Jesús Aguilar Padilla amaba el beisbol y era el dueño de los Bates, de las pelotas, las caretas, las manillas y los uniformes de su equipo.
Su pasión era el pitcheo.
El six pack su mejor lanzamiento.
De seis botes llegaba la bola al jom.
Era la broma más socorrida de aquellos tiempos.
Recuerdo con especial cariño a Jesús y a su esposa doña Rosalía.
En su memoria encendí veladoras.
Dios bendiga a sus hijos.
CERCANAS LAS POSADAS Y ADIÓS AL 2023.
El aroma al pavo navideño ya está a la vuelta de la esquina.
Nuestro olfato ya lo percibe.
Son tiempos de paz y armonía.
A empujones, pero quiero llegar a la cena del 24 de diciembre.
El horno de la estufa debe estar a punto.
Puré de papa hecho en casa, porciones abundantes de dorado pavo, sabroso greyvi, sopa fría, verduras cocidas y postre de duraznos.
LA TRADICIÓN SIGUE PRESENTE
Los sinaloenses honramos la memoria de nuestros difuntos.
La visita a los panteones el día de muertos es cuestión muy puntual.
Miles de gentes acuden para llevar flores a los que se fueron.
Arreglan las tumbas, rezan y lloran al recordarlos.
Hermosos sentimientos que veneran a los fieles difuntos.
Son tradiciones muy antiguas.
Hasta mañana.
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