Buena parte de Sinaloa estará muy pendiente de lo que se decida hoy: regresa Jesús Estrada Ferreiro como alcalde de Culiacán, o se queda la usurpadora.
Se corrió erróneamente la versión de que el asunto estaba pospuesto.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación lo mantiene en la agenda del día de hoy.
Será políticamente un día muy intenso.
Estrada denunció que el gobernador Rubén Rocha Moya operaba para manipular la decisión de los magistrados y favorecer a su ahijado Juan de Dios Gámez Mendívil.
En ello, probablemente, el anuncio de una posposición aparentemente falsa.
Veremos qué es lo que pasa hoy; en qué términos se decide, o si se deja para después.
ROCHA SE CONFIRMÓ COMO EL PEOR DE LOS RUFIANES
El gobernador Rubén Rocha Moya confirmó ayer que es el peor de los rufianes.
Apenas porque está a la vista de todos puede uno creer hasta dónde es capaz de llegar el enfermo que desgobierna Sinaloa.
Héctor Melesio Cuén Ojeda sufrió ayer nuevos embates de la persecución política encabezada por el narco gobernador.
Clausura completa del restaurante Casa María en Culiacán, y de manera parcial el negocio Beisbox en Mazatlán.
Con los laboratorios Cuén amenazados también.
Indignación generalizada por estos nuevos abusos de poder, que para nada son casualidad.
La constitución y demás leyes no sirven para nada, porque Rocha y su pandilla no las respeta.
Rubencito sólo sirve para robar y para ser cómplice de sus amigos criminales.
Encabeza el gobierno de los moches, con sus hijos que se hacen cada día más millonarios con la complicidad del rufián.
Lo peor de todo es que no les importa.
Están completamente seguros que sus raterías no serán castigadas, pero se equivocan.
El juicio popular ya lo condenó, y temprano o tarde pagarán ante la justicia.
Porque no todos los jueces están vendidos, y porque tampoco los compraron para siempre.
ES UNA VERGÜENZA Y UN MALAGRADECIDO: MADUEÑA
Las más fuertes declaraciones del rector de la UAS en contra del gobernador Rubén Rocha Moya, ayer en Mazatlán.
Así debe ser, como señalamos en nuestro anterior Altoparlante, aunque sigue faltando lo más importante: una movilización estatal de la universidad.
Lea usted lo que dijo Jesús Madueña Molina, ante la persecución del gobierno.
“Yo creí en él; yo pensé que él siendo rector de la universidad en un período, pues iba a voltear a ver a la universidad para solucionar los problemas financieros”, y “con qué paga, con una persecución política; es una vergüenza; un malagradecido”.
A pregunta expresa, entró a la polémica de la denuncia por acoso sexual contra el secretario general de gobierno, y barrió no solamente contra Enrique Inzunza Cázarez sino también contra su protector.
Del camisa rosa, que no tiene calidad moral para andar pidiendo a otros que renuncien, y del capo de la mafia del arcoíris cuestionó dónde queda su tan cacareada honorabilidad, a todas luces candil de la calle y oscuridad de la casa.
Ayer lo critiqué y hoy debo felicitarlo, pero urge que vaya más allá de las palabras y las aplique en la lucha.
Porque nos quedamos con puros atoles.
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