Mis ambiciones literarias son de llegar a convertirme en el nuevo García Márquez de rancho y voy a intentar escribir un cuento corto.
Debo aclarar que todo es producto de mi fantasía y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Mi personaje tiene las características siguientes:
Su edad se encuentra entre los sesenta y cinco y setenta años.
Estatura regular, piel morena clara y de pelo cano.
Su habladito es medio pegajoso de la lengua sin parecerse en nada a sus compatriotas españoles.
Malito como estudiante y bastante bueno para el softbol.
Es muy cariñoso con sus aliados y le da por mandarles abrazos.
Es presidente del país de las mil maravillas.
Luchó a brazo partido para asumir el poder, derrocando a los malos que no lo dejaban llegar para sentarse en la poltrona presidencial.
Sus promesas endulzaron hasta los más castos oídos.
Pero algo le sucedió al sentarse en la poltrona encantada y cambió en sus propósitos de la noche a la mañana.
Ahora luce feroz y perverso.
Agrede a sus súbditos y aprovecha sus recursos para mandar mensajes de odio por todos los confines de su reino.
Los que lo amaban al llegar, ahora se muestran aterrorizados y se sienten inseguros ante el poder que acumula el ogro.
Al reino de las mil maravillas azotó una pavorosa enfermedad que nadie sabía cómo curarlo. Los brujos del malvado, permitieron que murieran más de un millón de personas que clamaban a los dioses para ser salvados.
El matón de Palacio formó un ejercito que obedece ciegamente sus ordenes y a los que tiene viviendo en la opulencia para que jamás se rebelen.
Los consejeros del reino viven agachados y diseñan o instrumentan toda clase de perversidades.
Sus juglares recorren el reino para proclamar las bondades del amo e inventan toda clase de grandes hazañas y su corazón de oro.
Nada es eterno.
Ya se escuchan voces de inconformidades y los sabios del País de las Maravillas levantan la voz para mostrar su indignación.
Parece que convencieron a su majestad para que abdique el trono y mando a recorrer el reino a seis monigotes pretensos a sucederlo.
De los seis, incorporó a una cortesana que es la que satisface los antojos y caprichos de su majestad.
Los otros cinco son escuderos de palacio y brillantes en sus responsabilidades, pero sabedores que reman en contra de los vientos y mareas.
Se piensa que su majestad no goza de buena salud y por eso decidió dejar en manos de sus querencias el reino de las mil maravillas.
Un clarín se escucha a la distancia y perturba el sueño del malvado.
Se trata de una mujer guerrera que llegó sin previo aviso y con las armas cortando el aire y las cabezas de los guardianes del ogro.
La gente la aclama a su paso y el vejete ya piensa la manera en deshacerse de la molestia que le representa.
Sus brujos preparan el hechizo y sus ejércitos preparan la emboscada.
El reino de las mil maravillas se le escapa de las manos al malvado profeta de la perversidad y del odio.
La heroína cabalga a marchas forzadas y con el sano propósito de liberar al pueblo del malvado y perverso emperador.
Ya tiene miedo el matón de Palacio.
Hasta mañana.
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