Me refiero a los cirujanos plásticos, que, en el ejercicio de su profesión, ayudan al ser humano a disimular la fatiga del paso de los años.
Quién tenga el dinero suficiente para desaparecer las zanjas en el rostro o imperfecciones naturales por nacimiento, mal harían en no emplear los billetes de banco para recibir a cambio aspecto cercano a las edades de la juventud.
Estoy hablando de verdaderos profesionales de la materia.
Claro que deben costar caro.
Su prestigio eleva los honorarios.
Bisturí y dinero, igual a lozanía.
Cada vez son más las personas que acuden a estos tratamiento médicos.
No los justifico, los aplaudo.
Mujeres bellas y no tan bellas, con carencias de senos, acudían a los rellenos de sus brasieres para mostrarnos elevaciones pectorales que tanto nos apasionan.
La cirugía estética ha sido la bendición para estas mujeres.
Se organizan con cundinas las más pobres y de esa manera llegan escalonadamente hasta el quirófano.
No admiro a las que se injertan sandías en lugar de pechos.
O nalgas que parecen cajuelas de automóvil.
Lo estético está reñido con la exageración.
El buen gusto debe privilegiarse y son bendición para nuestra mirada.
Yo escribo de las bellezas femeninas y habrá otros con preferencias diferentes que escriban sobre los varones.
De todo hay en esta viña del señor.
¿Conocen el termino lobanillo?
Se hacía referencia a una bola de grasa que en diferentes partes de nuestro cuerpo nos podría aparecer.
Muy molestas y en ocasiones sumamente dolorosas.
En mi espalda apareció una de considerables dimensiones y siendo Director del Hospital General de Culiacán Víctor Díaz Simental, me arrojó al quirófano en manos de una jauría de practicantes de la medicina y me hicieron pedazos gran parte de la espalda.
Fui su conejillo de indias y festejo por mucho tiempo de mi gran amigo.
Quedó como impacto de calibre cincuenta.
Lo mío no fue cirugía, más bien crimen de Estado.
Sigamos con las bellas, y las no tanto, pero igual de admiradas y deseadas.
Vi una foto de una Diputada del Congreso local y me causó una magnifica impresión.
Hace bastantes años que no la veo de cuerpo presente y luce como muchacha de treinta abriles y con nueva belleza en estos tiempos.
No estoy seguro si se equivocaron de foto y pusieron su nombre.
Pero si es ella, mis felicitaciones por su apariencia y extensivas para su cirujano que le ayuda a mostrar un mejorado rostro.
Esa es la cirugía a la que debemos acudir si se cuenta con el suficiente numerario.
Nuestra mujeres deben lucir bellas y juveniles.
Que Dios bendiga a nuestros cirujanos plásticos.
Desquitan el dinero que cobran.
Les aviso que tomaré una semana de descanso y mi columna volverá hasta el lunes doce de junio.
Hasta entonces.
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