Aunque las encuestas y los sondeos ni tienen más valor probatorio que el voto mismo, ni son pronósticos fieles de resultados; tampoco podemos negar que son instrumentos de todo buen gobierno, para tener una idea aproximada de lo que piensan y opinan sus ciudadanos.
Y es que la opinión pública es un elemento integral de las democracias.
Obtener y guardar el cúmulo de inquietudes, anhelos, ideas y propuestas de los ciudadanos, para difundirlas y analizarlas periódicamente, es un acto que le da sustento a las políticas públicas y a la reputación de todo gobierno.
En el caso de los sondeos de opinión que se realizan durante las campañas electorales, estos nos dan la oportunidad de conocer la opinión de nuestros conciudadanos y contar con información que apoye nuestra toma de decisiones de manera objetiva, siempre y cuando sepamos interpretar los datos mostrados en las encuestas y distinguir cuáles encuestas están correctamente elaboradas y cuáles no, particularmente aquellas que se enfocan en el posicionamiento de los candidatos presidenciales… y en las preferencias de los encuestados, desde luego.
Vivimos una guerra de información sesgada y con intereses de diferentes naturalezas.
Hay depredadores de la opinión pública de todos los tamaños en las redes sociales básicamente, a los que no les importa ganar esa gran guerra. Su expectativa se satisface ganando alguna mínima batalla de posicionamiento de una ínfima idea, con un escondido razonamiento o de un insignificante chisme.
Por eso es necesario verificar siempre la fuente de la encuesta antes de tomarla en cuenta. Pues si la fuente no es confiable o no se conoce, es necesario tomar con cautela o desechar de plano esa información.
Hay un detalle a ponderar para una correcta interpretación de las encuestas: las primeras encuestas de “temporada” por decirlo así, que en este caso para el proceso 2024 que nos ocupa, salieron hace más de un año, carecieron de objetividad plena, pues por lo regular, las tendencias de intención de voto mostradas en las encuestas iniciales generalmente no reflejan las posturas políticas reales de los entrevistados y, por otro, determinar con precisión las probabilidades de participación electoral presenta problemas metodológicos difíciles de superar.
No obstante, existe una tendencia sostenida en las más recientes encuestas, particularmente en la que publicó el pasado 15 de mayo la casa encuestadora que es, quizá, la que goza de mayor reputación en la actualidad: la europea Enkoll-Inteligencia de mercados.
Con varias décadas en el negocio, la empresa fundada en Países Bajos (Holanda) ha buscado siempre asociarse con las empresas líderes en el continente o en el idioma de que se trate. Así por ejemplo, recordamos alianzas estratégicas y muy exitosas, en materia de contenidos televisivos con el gigante del entretenimiento en español, la mexicana Televisa y, actualmente, con la empresa líder en medios impresos y de opinión política: El País, de Madrid, España.
La encuesta reciente publicada, que ya puede considerarse consistente, pues el proceso sucesorio (a nivel mediático) lleva por lo menos 15 meses en este país, vuelve a marcar una tendencia que presenta por lo menos, cuatro denominadores comunes:
1)La gente quiere una mujer en la Presidencia;
2)La encuesta revela que los encuestados tienen memoria política y le dan su lugar (reconocen) a figuras o aspirantes que trascienden a través de los sexenios, es decir, con antigüedad en el “candelero” político, de antes del 2018;
3)Persiste en México la ventaja (con tendencia a la baja) del partido en el poder, sobre todo en el escenario hipotético, de una candidatura encabezada por Claudia Sheinbaum, la aspirante del sexo femenino;
4)En las principales ofertas o partidos políticos, “puntea” una candidata mujer en la lista, por lo que, la especulación periodística pudiera tener elementos para confeccionar hipótesis diversas sobre el hecho de que “no solo sería mujer la candidata favorita de los mexicanos… sino también de izquierda”, en la lógica de que algún analista derive en un sofisma su comentario.
Y es que la encuesta muestra por ejemplo –y como una continuación al resultado de los primeros sondeos- a Beatriz Paredes “punteando” en el PRI, seguida por Enrique De la Madrid pero… inmediatamente después por Claudia Ruiz Massieu.
En el PAN muestra por ejemplo, asombrosamente a la comunicadora sonorense (criada en Baja California), Lilly Téllez, seguida del desterrado Ricardo Anaya…
Y en Morena, con una tendencia invariable, encabezando a Claudia Sheinbaum y seguida de Marcelo Ebrard y muy por debajo, al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, ahora sí que en un derroche de esa sabiduría del “pueblo sabio”, que le confirma su dimensión estrictamente regional y su presencia reciente en el escenario nacional, al político tabasqueño.
Es más, a Luis Donaldo Colosio Riojas, la gente encuestada por Enkoll esta vez le asigna un lugar que denota “en crecimiento” o “en proceso” de mejores resultados… en futuras contiendas; lo que suena totalmente congruente con la realidad que narran numerosos analistas. El joven político, hijo del malogrado candidato presidencial, hasta el día de hoy no ha perdido el piso ni le hace caso al canto de las sirenas, que lo ubican como un presidenciable muy destacado en los sondeos de opinión por llevar el mismo nombre de su padre.
No es nada remoto, que la gran contienda electoral del 2024, sea entre Claudia Sheinbaum y Beatriz Paredes Rangel: Imaginemos los debates entre estas dos mujeres tan destacadas.
Pero habrá qué esperar lo que ocurra después de las elecciones del 4 de junio próximo en el Estado de México y Coahuila. Está por verse si el PAN impone como candidatos a Santiago Creel o a Lilly Téllez y si el PRI promueve la candidatura de Beatriz Paredes, de Enrique de la Madrid o de José Ángel Gurría; y a ver a quién arropa la Alianza ‘Va Por México’.
El caso de Movimiento Ciudadano (MC) está en la mente de su líder, el senador Dante Delgado Rannauro, quien seguramente tiene como ‘cartas tapadas’, a Marcelo Ebrard y al propio Luis Donaldo Colosio Riojas.
Y mientras son peras o son manzanas, hay una tendencia sostenida:… «México quiere a una mujer como Presidenta.»
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