Nada que esté fuera de lo normal dentro de la cuarta transformación: fue ilegal y tramposa la designación de Leobardo Gallardo Beltrán como magistrado del tribunal administrativo por parte del congreso estatal.
Para comenzar, encontramos dos currículums oficiales distintos que se contradicen entre sí, y en ninguno se cumple el requisito señalado en el inciso II del artículo 22 de la Ley Orgánica del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Sinaloa.
“Poseer título profesional de Licenciatura en Derecho, con una experiencia mínima de cinco años, en materia administrativa o en impartición de justicia”.
Tomemos como “válida” la información sobre su experiencia laboral que se presentó ante el Congreso de Sinaloa en la solicitud que para el nombramiento como magistrado.
Burdamente, se incluyen como “experiencia” en el ramo trabajos que Gallardo Beltrán supuestamente realizó antes de titularse como abogado.
Su título de Licenciado en Derecho por la UAS tiene como fecha de entrega el 15 de febrero de 2018, y obviamente su cédula profesional es posterior.
Se puede ver en los documentos entregados al poder legislativo, dentro del expediente completo disponible en la página web del poder legislativo:
Además de este currículum oficial ante la cámara de diputados local, existe otro también oficial de Leobardo Gallardo Beltrán, en este caso del ayuntamiento de Culiacán, que usted puede ver en la liga siguiente:
Y aunque usted no lo crea… ¡son dos currículums distintos, con experiencias laborales diferentes!
Algunos trabajos que están en un currículum no aparecen en el otro, en ambos sentidos.
Un total de veinticinco diputados votaron a favor de esta propuesta del gobernador.
Obvia decir que son de la cuarta transformación.
Del por qué se burlaron de manera tan descarada de lo que se establecen como requisitos legales, la respuesta es muy obvia: se los ordenaron desde el tercer piso, y cumplieron otra vez con el arrodillamiento.
Como antecedentes importantes a notar, hay que señalar que Leobardo Gallardo trabajó en la delegación estatal de la Secretaría del Bienestar federal.
Existe en su contra una denuncia formal ante la Fiscalía General de la República, por diversos delitos.
Servidoras de la nación lo señalan como cómplice de hostigamientos laborales, abusos sexuales y raterías multimillonarias.
Es “uña y mugre” del hoy alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, quien lo tuvo unos meses en Bienestar y se lo llevó luego como Secretario del Ayuntamiento de Culiacán, cargo al que renunció recientemente el hoy “magistrado”.
Y entonces, no solamente se impuso en el tribunal de justicia administrativa a quien no cumple con los requisitos legales, sino que se trata además de un presunto delincuente y abusador.
Meter a los cuates queridos, aunque sean abusadores sexuales y rateros.
O mejor dicho, no es el “aunque sean” sino el “porque lo son”.
Se trata de poner gente a modo en los organismos “autónomos” que se supone están al servicio del pueblo.
Enfaticemos, para que no se nos olvide:
Gallardo Beltrán, cómplice del ratero alcalde de Culiacán que cuando delegado del Bienestar formó su harem personal abusando sexualmente de muchas jóvenes mujeres.
Protegió también a Antonio Aguilar Gómez, otro pervertido sexual tristemente identificado como “el todas mías”.
Ya informamos con oportunidad sobre los abusos, ilegalidades y corrupciones cometidas en la Secretaría del Bienestar.
Se han presentado ya tres denuncias formales, con varias más en camino.
Aquí la primera de ellas: https://altoparlante.com.mx/denuncia-penal-contra-altos-funcionarios-de-sinaloa/
Y en este otro enlace, una entrevista en video que detalla algunas de las ilegalidades, abusos de poder y raterías:
https://altoparlante.com.mx/bienestar-sinaloa-es-una-cueva-de-rufianes/
Las complicidades han sido brutales.
Intimidaciones y amenazas desde las tres instancias de gobierno.
Las mujeres que han sido víctimas están hartas por la impunidad total en que hasta ahora viven esos delincuentes.
La inevitable pregunta: el gobernador Rubén Rocha Moya fue engañado y terminó prestándose a esta infamia rumbo a la magistratura, o nos la aplicó con todo propósito.
¿Usted qué cree?
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