No se hagan bolas: la alternativa de la UAS es luchar con todo o terminar de rodillas y sometida por la cuarta transformación.
Entiéndase que el gobernador Rubén Rocha Moya no quiere entender.
De nada sirve que el rector Jesús Madueña Molina nos explique lo que ha sido y es la universidad.
Los de Morena siempre tendrán otros datos, y punto.
Ante el asalto ilegal desde el poder, la Universidad Autónoma de Sinaloa está obligada a tomar la calle.
Mostrarle, en directo, toda su fuerza al gobernador y al Congreso de Sinaloa.
Quedarse en los discursos es lo mismo que acobardarse.
En su gran mayoría, los sinaloenses estamos con la universidad.
La respetamos, la reconocemos, y la queremos.
Estamos dispuestos a defenderla con todo lo que se necesite frente a las ambiciones de los rufianes que la quieren bajo su control político.
Proceda pues el rector Madueña, con todo.
Está claro que no hay de otra.
LA SALUD PÚBLICA, OTRA VEZ CON GANAS DE MATAR
Válganos la fregada.
Las vacunas covid para nuestros niños caducaron, pero analizan extender irresponsablemente su vigencia.
Aplicarlas, con los riesgos que ello implica.
Otra rayita más al tigre de las irresponsabilidades criminales en el área de la salud pública.
Sin que descartemos la maroma de poner fecha nueva de caducidad a esas mismas vacunas, y fingir que son nuevas.
Biba el kakas.
NOS MATARÁN DE LA RISA CON EL “NO HUBO ACARREADOS”
Incontables los memes sobre la marcha de la soberbia que ya saben quién organiza para el 18 de marzo.
La orden presidencial es que todo Morena trabaje en la logística para superar la concentración del pasado domingo en el zócalo.
Órdenes expresas a gobernadores y a todos los que tienen poder en Morena.
La corrupción no se toca, es la consigna que el pueblo bueno y sabio le da a la marcha en apoyo a Lopitos.
Lo que ninguna manera tienen de impedir es exhibirse en los acarreos.
Desde ya, están moralmente derrotados.
Preparémonos para casi morir de la risa con las explicaciones de que todo mundo participó en esa manifestación de manera libre, sin acarreos, sin presiones, sin amenazas… y gastando su propio dinero.
Como bien dicen, cada vez falta más poco para que nos decidamos a mandar al peje a su rancho.
En un primer paso, porque sobran razones para meterlo a la cárcel.
Todas mis columnas en: https://altoparlante.com.mx/altoparlante/.