Si lo convertimos a pesos mexicanos, significarían, multiplicándolos por 19 un total de 113 millones.
Esa cantidad garantizaría mi felicidad económica por todos los años de vida que me queden y sobrarían muchos millones para heredar a mi esposa e hijos.
Extraordinario caso, lo que significa para el mundo ese deporte y el interés que despierta en los anunciantes para que sus productos o empresas tengan cabida en las pantallas de televisión.
La imagen llegó a varios cientos de millones de personas y por algunas horas se robó la atención planetaria.
Es impresionante lo que genera de ganancias para las federaciones norte americanas del futbol americano y a los equipos participantes y sus jugadores.
No conozco las reglas del juego, y poco distingo la posición de cada participante y me concreto a seguir el balón, que es lanzado por quién se considera el mejor pagado de los jugadores y luego me emociona ver correr al que lo recibe eludiendo a los defensores y tratando de llegar a la meta.
En ocasiones, reciben los que llevan el ovoide, soberanas palizas que los pueden mandar al hospital de manera inmediata y hasta pueden causarles la muerte o incapacidades por el resto de sus vidas.
Suceden muy pocas veces, pero es deporte de riesgo.
Vuelvo a lo de la lana.
El partido dura una hora, dividida en cuatro tiempos de quince minutos cada uno, lo que significa de puro juego, catorce millones de dólares por minuto que arroja un total de 840 millónzuelos de moneda verde.
agréguele el tiempo que se pierde en revisar jugadas y los espectáculos artísticos que se programan y cuando menos debe subir a los dos mil millones.
Los derechos de transmisión del Súper Bowl cuesta miles de ojos de la cara y la lluvia de millones cae sobre las cuentas bancarias de los organizadores.
La venta de souvenirs y de comida también es bastante. Los estadios se convierten en las más grandes cantinas de la tierra y engruesan las cuentas bancarias enormemente.
No tengo idea de cuantos miles de millones genera este partido, pero jamás he soñado con esas fabulosas fortunas en dólares y tampoco las he contabilizado en cualquier otra moneda que exista sobre el globo terráqueo.
Lo expresé con toda claridad.
Soy ignorante casi absoluto de lo que significa jugar al futbol americano, pero puedo decir que conozco la moneda gringa y he tenido en mis manos billetes de varias denominaciones.
Sigo con los ojos cuadrados del costo de la publicidad.
No tenía la menor idea de las cotizaciones para los anunciantes de los diferentes productos que quieran ver aparecer en las pantallas televisoras.
En mi pobre inteligencia, el día del juego se pone en circulación lo que nunca podría sumar de billetes ni volviendo a nacer por varias veces.
De ese tamaño es el negocio.
Madre mía.
Es fantástico este deporte.
Hasta mañana.
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